Está acusado de asesinar al funcionario de la facultad de Exactas de la UNLP. Lo hallaron oculto en una tapera en Berisso. Mañana será indagado por el fiscal.
Luego de una sigilosa investigación judicial, personal de seguridad detuvo a un sospechoso acusado de ser el autor del crimen de Pedro Pablo Mieres ocurrido en La Plata y que conmocionó a la sociedad. Con este avance, la causa parece encaminarse a su esclarecimiento.
El sospechoso, cuyas iniciales son N.A., fue hallado mientras se ocultaba en una tapera en la localidad de Berisso. Al momento, es el principal apuntado por el asesinato en ocasión de robo del funcionario de la facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
El procedimiento fue realizado por personal policial en el marco de la investigación que lleva adelante el fiscal Gonzalo Petit Bosnic, titular de la UFIJ N° 3 de La Plata, quien lo indagará este martes.
Según fuentes del caso, el implicado era intensamente buscado desde el momento del crimen y su detención representa un avance clave en la causa.
El crimen de Pedro Pablo Mieres
Mieres fue hallado asesinado el martes 17 de junio en su casa de 115 entre 46 y 46. Fueron sus compañeros de trabajo quienes lo encontraron en su vivienda, desnudo, atado de pies y manos con cordones de zapatillas, y con signos evidentes de haber sido golpeado violentamente en la cabeza.
La autopsia, realizada al día siguiente, reveló que el hombre fue asesinado a golpes y por asfixia. El informe “confirma que se trató de una muerte violenta”, explicaron voceros de la investigación.
El análisis forense determinó que el joven presentaba dos heridas contusas en el cráneo, provocadas por un objeto romo, y que la causa del deceso fue asfixia, posiblemente por estrangulamiento manual o con una prenda de vestir. En la escena del crimen, los investigadores hallaron una remera que podría haber sido utilizada durante el ataque.
¿Quién era Pedro Pablo Mieres?
Mieres era oriundo de Neuquén y cursaba la carrera de Biotecnología en la UNLP. Muy comprometido con su entorno, participaba de actividades de extensión y fue parte de las Brigadas Ramona Medina durante la pandemia. Además, trabajaba en el vacunatorio del Hospital San Martín, donde también dejó huella por su sensibilidad y compromiso con la salud pública.
Su muerte generó una profunda conmoción en la comunidad académica y en redes sociales, donde se multiplicaron los mensajes de dolor y reclamos de justicia. La investigación, mientras tanto, sigue su curso y mantiene expectante a una ciudad que espera respuestas sobre un crimen que, hasta ahora, mezcla elementos de violencia, misterio y posible premeditación.