Más de una docena de detenidos, un prófugo y una acusación por tentativa de homicidio marcan el expediente por el brutal ataque dentro y fuera del nosocomio.
A poco más de 3 meses del feroz ataque (dentro y fuera) del Hospital San Roquede Gonnet, la causa judicial que investiga la emboscada entre facciones enfrentadas de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) en La Plata y barras bravas de Estudiantes y Gimnasia avanza con múltiples detenciones, procesamientos, prisiones preventivas y un único prófugo.
Lo que parecía una disputa sindical más terminó mostrando una red de poder, violencia y negocios que se sigue disputando la ciudad desde los escombros de la construcción, los tablones de las canchas y los pasillos de la política.
El 25 de marzo de 2025 marcó un antes y un después en la interna de la UOCRA. La escena fue propia de un thriller criminal: a plena luz del día, un grupo de varios hombres emboscó con machetes, palos y armas de fuego a simpatizantes de la barra tripera que esperaban noticias sobre un compañero herido por un hecho previo y desató un escándalo.
La emboscada fue en el ingreso del citado centro de salud, ubicado en el corazón de la zona norte platense; en medio de enfermeros, pacientes y vecinos.
Tentativa de homicidio y un plan criminal
De acuerdo con la investigación liderada por el fiscal Gonzalo Petit Bosnic, lo sucedido no fue una simple riña de barras ni un choque fortuito. Fue, en palabras del funcionario, un “plan criminal de ejecución coordinada” con el objetivo de causar la muerte de los presentes. La calificación legal elegida por la fiscalía es tentativa de homicidio y daños.
La hipótesis más firme indica que el ataque fue orquestado por Iván “El General” Tobar, líder de la Agrupación Blanca y Azul que conduce el nuevo oficialismo sindical en la UOCRA platense. La banda llegó al hospital en camionetas, autos y motos. En minutos, la guardia médica se convirtió en un campo de batalla. No hubo tiempo para hablar ni para defenderse: solo sangre, corridas y pánico generalizado.
Los agredidos, identificados como parte de la barra de Gimnasia —entre ellos Cristian “El Volador” Camilleri, Juan Roberto Arcajo, Manuel Alejandro Ramos y Mauro Perilli— habían ido a acompañar al herido Fernando Sacconi. Fueron sorprendidos por una patota envalentonada, presuntamente dirigida por los Tobar, con machetes, cuchillos y armas de fuego.
Los detenidos, las preventivas y un prófugo en La Plata
La causa principal (que investiga la pelea en sí) y la conexa (por la agresión a policías dentro del hospital) acumulan ya 19 detenidos, muchos de ellos con prisión preventiva dictada por el juez de Garantías Eduardo Silva Pelossi, quien en su fallo sostuvo que existe “peligro cierto de frustración de los fines del proceso” si se los libera. A esa conclusión llegó luego de analizar elementos como amenazas, posibilidad de fuga y antecedentes en la trama violenta de la interna sindical.
Entre los detenidos figuran los hijos de El General, Santiago y Rodrigo Tobar; su sobrino, Nicolás Agustín Tobar; y otros hombres de su círculo directo como Emiliano D’Amico, Luis Nievas, Brian y Franco Gamarra, Nehuén García, Exequiel David Ávila, Fabricio Agustín Borgert, Maximiliano Ezequiel Ramos y Jonatan Osvaldo Ruiz. Uno de los últimos en caer fue Lisandro Sosa.
También fue detenido y procesado Oscar “Osty” Monzón, reconocido barra de Estudiantes, quien se entregó el 11 de junio. Al declarar ante la fiscalía, sin embargo, no aportó datos relevantes ni incriminó a otros involucrados. Por su parte, Facundo Leandro Zacarías está acusado de agredir a un policía dentro del nosocomio.
Con la detención de Zacarías, son cinco los apresados y acusados en el tramo de la investigación que se centra sobre los hechos en el interior del hospital, donde tuvo lugar una agresión a efectivos policiales y severos daños materiales. Los cuatro que estaban tras las rejas son del sector de Camilleri: Nelson Rolando Bordón, Mauro Yoel Perrilli, Juan Carlos Carrazán y Lucas Cardellini, arrestado cuando intentaba ingresar al estadio del Lobo durante el operativo del clásico platense.
La única persona que sigue prófuga es Natalio Abraham “Tata” Ybarra, también vinculado a la barra del Pincha. La Policía Bonaerense lo busca desde hace semanas sin éxito.
Víctor Alexis Ybarra, por su parte, fue procesado pero excarcelado, tras acreditarse que su rol en el ataque fue marginal. Continúa imputado, pero en libertad.
Cemento, tablones y política: el trasfondo de siempre
Más allá del expediente penal, la causa expone una vez más los vasos comunicantes entre la violencia sindical, el negocio de la obra pública y las barras bravas de los clubes platenses. Tobar —actualmente excarcelado por la Justicia ordinaria pero aún detenido por otra causa en el fuero federal— es señalado como el nuevo hombre fuerte del gremio, aunque su liderazgo está atravesado por viejos métodos de presión y violencia.
La estructura que lo respalda se nutre de exmiembros de la barra de Estudiantes y de trabajadores alineados con la Agrupación Blanca y Azul. Enfrente, aún resisten los sectores leales al histórico Juan Pablo “Pata” Medina y su hijo Cristian “Puly” Medina, quienes mantienen vínculos con la barra de Gimnasia y una red de punteros del peronismo regional.
El botín de la disputa no es menor: el control de los accesos a las obras, el reparto de contratos, el armado de cooperativas de fachada, los peajes invisibles de las constructoras y el poder real en los barrios de la periferia. Todo bajo la cobertura de un sindicato que sigue funcionando como caja de resonancia y estructura de poder paralelo.
Hacia el cierre de la instrucción y el juicio oral
La investigación va camino al juicio oral. El objetivo es elevarla a debate lo antes posible. Para ello, restan algunos pasos.
El expediente ya cuenta con un cúmulo probatorio robusto: videos de cámaras de seguridad, registros telefónicos, testimonios directos, informes hospitalarios y rastros recogidos en el lugar del ataque. En paralelo, los defensores de varios imputados analizan presentar nulidades y apelaciones, aunque hasta ahora la mayoría de las resoluciones fueron confirmadas por la Cámara Penal.
La causa, como tantas otras que atraviesan la historia reciente de la UOCRA platense, resume una anatomía del poder con lógica propia: lealtades de hierro, métodos brutales y negocios millonarios. Esta vez, sin embargo, todo ocurrió a la vista de todos, en la previa de un año electoral.