miércoles, enero 15

Los herederos de las víctimas de Barreda reavivan la pelea por la casona del horror en La Plata

La casa de calle 48 y otros bienes de Ricardo Barreda están en disputa tras la declaratoria de herederos. Un caso que revuelve heridas y abre nuevos conflictos

En el corazón del barrio Tribunales de La Plata, la casona de calle 48 entre 11 y 12, testigo de uno de los crímenes más horrendos de la historia argentina, vuelve a ser objeto de disputa. Este inmueble, donde en 1992 Ricardo Barreda asesinó a escopetazos a su esposa, sus dos hijas y su suegra, está en estado de abandono.

En 2014, la Legislatura bonaerense aprobó su expropiación, pero las controversias no han cesado. Tras la muerte del cuádruple femicida, en 2020, el Juzgado Civil y Comercial Nº 17 de La Plata dictó la declaratoria de herederos, reactivando los expedientes en el fuero Contencioso Administrativo local.

Según se desprende de la documentación judicial a la que accedió 0221.com.ar, el principal conflicto radica en la valuación de la propiedad. Mientras el Estado provincial sostiene el pago de su valor fiscal, los herederos, todos provenientes del linaje de Elena Arreche, suegra de Barreda, demandan el precio de mercado, hasta diez veces superior. Esta brecha económica será evaluada por peritos, extendiendo un litigio que lleva décadas.

Los herederos: el linaje de la suegra odiada

El macabro simbolismo del caso no pasa desapercibido. Barreda, quien expresó reiteradamente su desprecio hacia su suegra, terminó dejando su acervo patrimonial a los descendientes de ésta. El listado de herederos incluye a Irma Luisa Fernández ArrecheDora Elena Julián ArrecheHugo Enrique Fernández ArrecheGraciana Nélida ArrecheLuisa Isabel ArrecheEmilio Tomás Arreche y Mariana Arreche. Estas personas han comenzado a presentarse en los expedientes judiciales relacionados con la expropiación de la casona.

Además de la casa de calle 48, el patrimonio de Barreda incluye una propiedad en Mar del Plata actualmente intrusada, un terreno en la provincia de Buenos Aires, y varios vehículos: un Ford Falcon verde, un auto DKW y una moto Siambretta, todos abandonados en la casona que fueron enviados a un depósito judicial en Gorina. La lucha por estos bienes resurge con fuerza, siendo la casa de La Plata el centro del conflicto.

La batalla judicial: expropiación y contrademanda en La Plata

En vida, Barreda interpuso una contrademanda contra la Provincia de Buenos Aires, cuestionando la valuación fiscal utilizada para la expropiación, tal como este medio informó hace varios años. Argumentó que el precio de mercado en dólares era considerablemente superior. Este reclamo, ahora retomado por sus herederos, enfrenta la defensa de la Fiscalía de Estado, encargada de proteger el patrimonio provincial. Las partes deberán llegar a un acuerdo o continuar el litigio, prolongando un proceso cargado de tensión.

El abandono de la propiedad complica aún más el escenario. Vecinos denuncian el deterioro estructural y temen un eventual derrumbe. Mientras tanto, el inmueble sigue siendo un símbolo de una tragedia que marcó la memoria colectiva platense.

La memoria de un caso que no cierra

El caso de Ricardo Barreda trasciende lo judicial. Su masacre familiar conmocionó al país y dejó una marca indeleble en La Plata. Durante el proceso penal, Barreda cambió su versión de los hechos varias veces, lo que generó un debate que aún hoy persiste.

Inicialmente, negó su responsabilidad, sugiriendo que el crimen pudo haber sido cometido por el novio de una de sus hijas. Luego alegó amnesia para, finalmente, confesar y detallar el orden de los disparos, aunque con contradicciones. Este relato fragmentado alimentó teorías y especulaciones que, junto con la magnitud del crimen, contribuyeron a su siniestro renombre.

Tras su condena, Barreda cumplió parte de su pena en prisión y el resto bajo arresto domiciliario. Falleció en un geriátrico de José C. Paz en 2020, sin manifestar arrepentimiento. Su figura genera opiniones polarizadas. Mientras un sector lo repudia como un símbolo de la violencia de género, otros lo veneran, evidenciando las tensiones culturales en torno al caso.

La herencia y su impacto social

Más allá de la pelea por los bienes, el caso Barreda refleja problemas estructurales en el sistema judicial y en la sociedad. La demora en resolver cuestiones patrimoniales tras crímenes tan atroces expone falencias en los mecanismos legales. Además, la controversia sobre su figura plantea interrogantes sobre los valores y las memorias colectivas.

La casa de calle 48 sigue siendo un recordatorio físico de una tragedia familiar y social. La posible demolición del inmueble podría cerrar un capítulo, pero la disputa judicial y el impacto cultural del caso continúan abiertos. La Plata, epicentro de este horror, observa cómo el tiempo y la justicia intentan dar sentido a un pasado que sigue latiendo.