El 27 de septiembre de 2017 el exjefe de UOCRA, Juan Pablo “Pata” Medina, era detenido por graves delitos. El gremio sigue intervenido y la causa abierta.
El 27 de septiembre de 2017 el país posó la mirada en La Plata. Ese día fue detenido el exsindicalista Juan Pablo “Pata” Medina, quien era el líder indiscutido de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) en la ciudad; y junto a él fueron encarcelados miembros de la comisión directiva y parte de su familia.
A 7 años de aquel episodio que llenó horas de radio y televisión los acusados están todos en libertad, pero la causa sigue abierta en la Corte Suprema de Justicia de la Nación,”con una queja mal presentada por el fiscal”, según señalaron fuentes judiciales consultadas por 0221.com.ar.
El 23 de noviembre de 2023 la Sala II del Tribunal de Casación Federal, con votos de Ángela Ledesma y Alejandro Slokar, dejó firme la nulidad de la causa por la que procesaron y detuvieron a los acusados. Con esa resolución judicial los Medina están en condiciones de volver a la actividad gremial. El sobreseimiento también alcanzó a los otros acusados: Fabiola García (esposa del exsindicalista), Cristian Puly Medina, David Emiliano García, Juan Horacio Homs, Liliana Beatriz Fontán, Lara Micaela Muñoz, Pablo Nicolás Nieves, Marianela Luján Pagnoni y Rubén Darío Roldán.
La causa estaba a punto de ser ventilada en juicio oral y público en un Tribunal Oral Criminal Federal de La Plata, pero ese debate no se realizará ya que quedó firme la nulidad de la causa y el sobreseimiento de todos los acusados. Contra esa Resolución, sin embargo, fue presentado un recurso de queja que debe ser analizado por el máximo tribunal del país.
La trama de la Gestapo antisindical
“Esta Resolución cierra definitivamente todos los procesos que se le iniciaron a Juan Pablo Medina a partir de la mesa de la Gestapo antisindical”, señaló el letrado César Albarracín ante la consulta de 0221.com.ar. “Se logró el sobreseimiento en la causa del juez (Federal de Quilmes Luis) Armella y se suman a las otras absoluciones y sobreseimiento en causas que se habían iniciado en el fuero provincial”, resaltó el abogado defensor.
La decisión es uno de los coletazos del espionaje ilegal realizado en la provincia de Buenos Aires durante la gestión de la exgobernadora María Eugenia Vidal y su ministro de Trabajo, Marcelo Villegas; entre otros. Tras conocerse el escandaloso video de la reunión en la sede porteña del Banco de la provincia de Buenos Aires, la defensa de Medina batalló para entrecruzar ambas causas y la Justicia le dio la razón. La familia del exlíder de la UOCRA fue víctima de persecución y espionaje ilegal, en el famoso expediente “Causa Gestapo”.
El fallo de la Sala II del Tribunal de Casación Federal les da la razón a las defensas que desde el inicio de la causa hablaron de una investigación direccionada, de conductas opacas por parte de los magistrados de investigación y que se trataba de una causa armada desde el poder político que entonces ostentaba Cambiemos, devenido en Juntos por el Cambio.
Junto al letrado Albarracín actuaron los abogados Alejandro Montone y Juan Di Nardo quienes asistieron a Cristian “Puly” Medina, hijo del Pata. Padre e hijo se encuentran hoy alejados de la conducción del gremio y peleados entre ellos por cuestiones sindicales.
Un operativo televisado que marcó el inicio de una caída
La detención de Medina no fue una sorpresa para muchos, pero sí generó un impacto profundo debido a la magnitud del despliegue y la relevancia mediática que tuvo. Durante semanas, el sindicalista había sido objeto de denuncias por extorsión y prácticas mafiosas en el manejo de la UOCRA. El conflicto se centraba principalmente en las obras de construcción en la región de La Plata, Berisso y Ensenada, donde Medina tenía un control férreo. Empresarios locales lo acusaban de imponer condiciones económicas imposibles de cumplir para trabajar en la región, en un esquema que los obligaba a hacer “aportes voluntarios” a la seccional de la UOCRA.
El operativo de detención fue ampliamente cubierto por los medios. Las imágenes de Medina resistiendo el arresto en la sede del sindicato, amenazando y pidiendo a los trabajadores que se levantaran en su defensa, quedaron grabadas en la memoria colectiva. Sin embargo, el cerco judicial fue implacable: Medina y su familia fueron llevados a la cárcel.
Pata Medina: líder polémico y figura controvertida
La detención del Pata no solo fue el golpe a un sindicato, sino también al poder de las estructuras gremiales tradicionales en la Argentina. Medina, que llevaba años al frente de la UOCRA en La Plata, era conocido tanto por sus prácticas sindicales cuestionadas como por su capacidad de movilizar a miles de trabajadores. Su liderazgo se basaba en una mezcla de carisma y mano dura, lo que le permitió mantenerse en el poder y negociar, tanto con gobiernos peronistas como no peronistas, con una habilidad que le ganó el respeto y el temor de muchos.
El caso Medina puso sobre la mesa las prácticas de extorsión y el manejo arbitrario del poder dentro del sindicalismo, y se convirtió en un ícono de lo que muchos denunciaban como “la mafia de la construcción”. Para el gobierno de Mauricio Macri, su detención fue una muestra de fortaleza frente a las estructuras tradicionales que, según se denunciaba, controlaban buena parte del mercado laboral en la construcción.
Tras haber sido apresado, Medina enfrentó múltiples causas judiciales, la principal por asociación ilícita, extorsión y lavado de dinero. Durante los años siguientes, la trama de corrupción en la UOCRA platense fue desentramada por la justicia, revelando un entramado en el que la familia Medina —esposa, hijos y hasta yernos— estaban implicados en el manejo de dinero negro, inversiones millonarias en bienes raíces y un estilo de vida que contrastaba con la vida de los obreros que decían representar.
En 2018, la justicia lo procesó junto a otros once miembros de su entorno, entre ellos su hijo Cristian y su esposa, Fabiola García, por delitos relacionados con la extorsión y el lavado de activos. Las acusaciones eran graves: según los fiscales, habían montado un sistema de coerción sobre los empresarios de la construcción, quienes debían pagar sumas millonarias para poder trabajar sin interrupciones en sus obras.
Las repercusiones políticas y sindicales
La caída de Medina sacudió las estructuras políticas y sindicales de la región. Por un lado, debilitó la posición del gremio en la ciudad, dejando un vacío que, aunque fue ocupado por nuevos referentes, nunca alcanzó la misma preponderancia. En un contexto de avanzada judicial sobre varios sectores sindicales, la detención del gremialista fue interpretada como parte de una estrategia más amplia de Macri para debilitar a los sindicatos, históricamente vinculados al peronismo.
Al mismo tiempo, muchos en el ámbito sindical interpretaron la caída de Medina como un mensaje claro: el poder sindical no era intocable y estaba bajo la mira de un gobierno que pretendía cambiar las reglas del juego en la relación entre trabajo y capital. En este sentido, la detención del Pata fue vista como una advertencia a otros líderes gremiales, en un contexto en el que el rol de los sindicatos era puesto en cuestión.
El presente: ¿qué quedó de la “era Medina”?
A 7 años de la detención de Juan Pablo Medina, el panorama sindical en la región ha cambiado, pero su figura sigue siendo una sombra sobre el sindicalismo platense. Medina padre continúa siendo una figura relevante para un sector de los trabajadores que lo siguen viendo como un referente. En el último tiempo, ha intentado mantener su influencia en la UOCRA, y su nombre sigue resonando cada vez que se habla del futuro del sindicato en la región.
Su hijo Puly intentó ocupar su lugar, aunque sin el mismo éxito. El control sobre las obras en La Plata ya no tiene la misma centralidad que bajo la gestión de Medina padre y las disputas por el control del sindicato han fragmentado el poder de la UOCRA en la región. Sin embargo, para muchos, la figura de Medina sigue siendo un recordatorio de los tiempos en que el sindicalismo local tenía una influencia decisiva en la vida económica y política de la ciudad.
A 7 años de su detención, el Pata permanece en el centro de una discusión más amplia sobre el rol de los sindicatos en la Argentina y su historia continúa siendo un ejemplo de los límites del poder en un país donde el sindicalismo ha sido, durante décadas, una de las columnas vertebrales del sistema político y social.
Violencia en las calles de La Plata
Tras la intervención gremial comenzó una ola de violencia en las calles de la región capital. La mayoría de los hechos registrados generaron causas penales, allanamientos, detenciones, imputaciones, procesamientos, pedidos de juicio oral, pero nada de eso alcanzó para frenar la ola de violencia en las calles.
Desde hace más de siete años la capital de la provincia de Buenos Aires es el territorio donde los sectores gremiales antagónicos de UOCRA La Plata dirimen sus diferencias a sangre y fuego, mientras la conducción nacional del sindicato sigue en silencio en su sede porteña de avenida Belgrano 1870.
Gerardo Martínez, formó parte del Batallón de Inteligencia 601 durante la última Dictadura Militar. Era Personal Civil de Inteligencia (PCI). Se hacía llamar Gabriel Antonio Mansilla. Lidera la UOCRA desde 1990. Fue uno de los titulares de la CGT durante el menemismo y está señalado de ser uno de los negociadores de la reforma laboral del gobierno de Javier Milei, ejecutada por el economista platense Federico Sturzenegger.
Oscar Rizzo es el actual interventor de UOCRA en La Plata. Llegó desde una seccional del Gran Buenos Aires. Su presencia en la capital bonaerense es casi nula, solo viene al ministerio de Trabajo para temas administrativos y no tiene contacto con las y los trabajadores. Lo señalan como aliado del Pata Medina. “Lo conozco hace más de 20 años, es un amigo”, repite ante quien le consulta. Tal vez en esa relación se encuentren las respuestas a los constantes conflictos en la región capital y a una de las posibles fuentes de financiamiento de la familia Medina.